Comentario

Javier Bueno, instigador de la revolución de 1934

Juan Manuel Alcalá

Javier Bueno (1891-1939), hijo de la actriz Soledad Bueno y del periodista José Nakens, fue director del periódico Avance entre 1933 y 1934. Desde las tribunas de la prensa conservadora se acusó a Bueno de ser el instigador, ‘el campeón’, de la Revolución de Asturias en 1934. Bueno militaba activamente en el socialismo patrio, sin camuflarse ni ocultarse, aunque imbuido de un carácter libertario y antiestalinista. Sus artículos y, de vez en cuando, discursos en mítines políticos, prepararon el clima previo de la insurrección.

De formación autodidacta, Javier Bueno se ganaba la vida como repartidor de prensa y escribiendo algunos artículos para periódicos y revistas. En las mismas fechas que se produjo en Madrid el caso de los huesos del Terol, Javier Bueno se desplazó a Alemania donde entrevistó a un desconocido Adolf Hitler. El interviú se publicó en el diario ABC el 6 de abril de 1923 bajo el pseudónimo de Antonio Aspeitua. Llegó a ejercer como director de algunos periódicos entre los que cabe destacar La Voz, Crisol y Luz. En 1933 accedió a la dirección de Avance convirtiéndolo en referencia de la clase trabajadora asturiana y en el de mayor tirada de la región.

Las críticas vertidas contra la actuación del Gobierno de la República le costaron al periódico numerosos secuestros de la edición, multas y hasta la prohibición de su lectura en los cuarteles militares; para el director, cárcel.

Tras los sucesos de octubre, Bueno fue detenido en dos ocasiones, procesado, acusado de inducir a la rebelión, condenado a reclusión perpetua y a pagar una multa de 70 millones de pesetas. Al oír, perplejo, la sentencia del tribunal militar, el periodista preguntó en tono de guasa si se tenía que apoquinar al contado o podía hacerlo a plazos.

Tras el golpe de estado de Franco, Bueno se alistó en las milicias para defender a la República. Combatió varios meses en Asturias hasta que fue herido. En 1937, recuperado de las heridas, volvió a ejercer como director de Avance. Con la caída de Asturias en manos de los ejércitos sublevados, huyó a Francia para regresar a Madrid donde dirigió el semanario Claridad.

Ante la inminencia de la caída de Madrid, los amigos y camaradas le aconsejaron que huyera. Sin embargo, prefirió esperar a sus enemigos en la puerta de su casa donde fue detenido.

Javier Bueno era un héroe, y por eso mismo fue condenado a muerte en un proceso militar sumarísimo en el que dispuso de diez largos, interminables, e inútiles minutos para defenderse. No hacían falta más. La sentencia se había dictado antes de empezar el juicio. Bueno fue ejecutado con el garrote vil.

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