Manuel del Arco
La Asociación de la Prensa de Barcelona ha cumplido cincuenta años. En el libro de actas de la entidad, el primer documento es este: «Sesión preparatoria. Convocados por don Enrique Diaz-Retg, se reunieron en la redacción del periódico «El Diluvio» los señores siguientes: J Ferrer redactor de «Las Noticias»; Figuerola, de «El Liberal»; Sarañana, de «El Noticiero»; Pedreny, de «El Correo I Catalán», y Castellet, de «El Diario del Comercio». El convocante les expuso el plan de crear una Asociación de la Prensa de Barcelona. Los presentes estuvieron conformes, designando una ponencia compuesta ce los señores Díaz-Retg, Sarañana y Figuerola, para la redacción de los estatutos. Barcelona, 17 de agosto de 1909.» Firman Luis Figuerola y José Sarañana Sedó. El 5 de septiembre de 1909, en asamblea, reunidos cuarenta y un periodistas en el salón de actos del Ateneo se constituyó la Asociación. El 9 de octubre de 1909, en la redacción de LA VANGUARDIA, se nombró la primera junta directiva, de la que fueron presidente, Euseblo Corominas; primer vice-presidente, Alfredo Opisso; censor, Díaz- Retg, y primer secretario, Figuerola. Diaz-Retg es superviviente de aquellos días. Volvamos la vista atrás.
—Mi apellido —dice— es de origen germánico; en tiempos del general Alvarez de Castro, defensor de Gerona, hubo un capitán austríaco llamado Retg; según mi padre, de éste descendemos todos nosotros.
—¿Cuántos periodistas había en Barcelona en 1909?
—Unos cincuenta, algunos en pobreza vitalicia y se ayudaban con otros empleos. En general, nadie tenía un cuarto. Yo empecé ganando nueve duros al mes, y me subieron el sueldo porque inventé un crimen.
—Eso es inmoral
—¿Que quiere que hiciera? El director me exigió algo sensacional y no había noticias. Si no le llevaba una cosa interesante, me echaba a la calle, y yo inventé que en una casa de la calle de San Andrés, cuyo número no existía, un hombre había matado a su mujer y sus dos hijos. Los otros periódicos copiaron la noticia.
—¿Y no se descubrió la falsedad?
—En aquella época el principal redactor era la tijera y el tarro de goma; y yo cobré, desde ese momento, quince duros.
—¿Cuántos periódicos se editaban entonces?
—Unos veinte; alguno de tirada muy reducida y con un par de redactores, que también trabajaban en otras redacciones; por eso creí conveniente agrupar a todos los que quisieran en una Asociación de la Prensa.
—La primera ¿dónde tuvo su local social?
—En la calle Canuda número 13, frente a la calle del Bot. Empezamos de cero.
—¿Cómo se hacia uno periodista?
—Queriendo. Le voy a explicar cómo fui yo. Acabado el bachillerato, fui un buen alumno de los jesuítas, mi padre, que era magistrado y juez muy rígido, me dijo: «Si quieres carrera, te la pagarás; allá tú.» Y en el 1839, se me presentó un señor en casa que me ofreció ser lector de prensa de un periodista ciego, que era hermano de Feliu y Codina, el autor del drama «La Dolores»; acepte, y mi trabajo era leer la prensa y llevarle la pluma El escribía para «El Diluvio» y cada noche entregaba yo su artículo. Un día me salió el redactor-jefe, Baget, y me preguntó: «¿Usted es el secretario del señor Feliu?» «Si», contesté. «Pues bien —dijo—, se ha puesto enfermo el crítico teatral; tome usted la butaca y haga la crítica de una obra que se estrena esta noche.» Se estrenó ‘ La gatita negra» en el Eldorado, y a las once de la noche entregué mi primer trabajo en el periódico. Tenía diecisiete años. Fantástico, ¿eh?
—No, facilísimo.
—Desde entonces no he parado y he viajado mucho; si yo le contara mi vida, se sorprendería. En París me quitaron mi casa, que valía varios millones; he estado condenado a muerte por los franceses; en fin. pienso escribir un libro que titularé: «Memorias de un embustero».
—Ese titulo ¿por qué?
—Me curo en salud, porque nadie me creerá,
—Con estos antecedentes…
La Vanguardia, 31 de octubre de 1959
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Categorías:Artículo histórico