Libros

«Tenemos que matar, matar y matar»

Gonzalo de Aguilera Munro, conde de Alba de Yeltes, era oficial de prensa en la estructura de Prensa y propaganda del bando franquista durante la guerra civil. Tenía encomendada la tarea de controlar a los corresponsales extranjeros, para lo que se servía de su dominio del inglés, francés y alemán.

Facilitaba información a los periodistas, les acompañaba al frente para cubrir el avance de las tropas franquistas, les buscaba medios de transporte y un lugar donde dormir. Los artículos de los corresponsales pasaban por su mesa antes de ser transmitidos a las sedes de los periódicos que los habían enviado.

Pero Gonzalo de Aguilera iba más allá en el ejercicio de las funciones que tenía atribuidas y realizaba comentarios sobre la guerra que reflejaban sus ideas de aristócrata militar, incapaz de sentir empatía por la mayor parte de la población española.

«No se puede educar a las masas que necesitan un azote porque son como perros y sólo harán caso del látigo. No hay capacidad de comprensión en este tipo de gente, hay que tenerlos bien sujetos».

Se lo dijo a la periodista norteamericana Virginia Cowles, que dejó constancia de la conversación en su libro Looking for trouble, publicado en 1941. Así lo ha recogido Luis Arias en sus estudios sobre el personaje, al que presenta como un «hidalgo heterodoxo». Los juicios del aristócrata recogidos por el corresponsal norteamericano John T Whitacker iban mucho más allá y marcaban una vocación genocida que se acercó peligrosamente a la realidad:

«Tenemos que matar, matar y matar; ¿sabe usted? Son como animales, ¿sabe? y no cabe esperar que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y piojos son los portadores de la peste. Ahora espero que comprenda usted qué es lo que entendemos por regeneración de España… Nuestro programa consiste… en exterminar un tercio de la población masculina de España. Con eso se limpiaría el país y nos desaharíamos del proletariado. Además también es conveniente desde el punto de vista económico. No volverá a haber desempleo en España, ¿se da cuenta?»

Este salvaje capitán del ejército detuvo e interrogó a Andrew Rice, del Morning Post, expulsó de la España nacional a Pierre Dumas, de La Petit Gironde, y a Sefton Delmer, del Daily Express, entre otros. En el archivo de la guerra civil de Salamanca se conserva una lista de corresponsales elaborada por Aguilera en la que se les clasificaba con el color rojo o azul por su supuesta simpatía con la República o Franco.

Finalizada la guerra, el conde de Alba de Yeltes se distanció del franquismo porque era partidario de la restauración de la monarquía y se sintió defraudado. Su turbia personalidad estallaría en 1964, cuando asesinó a sangre fría a sus dos hijos con disparos de su pistola. Ingresó en un hospital psiquiátrico y falleció un año más tarde de una enfermedad respiratoria.

Ésta y otras historias se pueden encontrar en el libro coordinado por José Mª Chomón y Clara Sanz.

burgos

Pincha para acceder a la editorial

 

Categorías:Libros

Etiquetado como:,

2 respuestas »

  1. Qué gracia. El articulito no tiene desperdicio y contine el mismo sentido crítico que pudiera albergar un tebeo de Mortadelo.

    Hay que ser un completo imbécil, tonto del culo, para dar el más mínimo crédito al payaso de Withacker quien ya se inventara de la misma forma una entrevista a Yagüe con esta tan lapidaria frase como falsa: ««Naturalmente que los hemos matado. Me dijo ¿Qué suponía usted? ¿Iba a llevar 4.000 prisioneros rojos con mi columna, teniendo que avanzar contra reloj? ¿0 iba a dejarlos en mi retaguardia para que Badajoz fuera rojo otra vez?».»

    Qué curioso que los mismos nacionales siempre se pintaran a sí mismos como sanguinarios y carentes de todo escrúpulo.

    Una pregunta: ¿Alguna vez el protagonista admitió haber pronunciado esas frases? ¿Lo hizo? ¿Y Yagüe? ¿Admitió la veracidad de tan macabra entrevista?

    No. Pues eso. Basura propagandística. Qué nivelazo tenéis los rojetas. Pero qué nivel de estulticia.

Deja un comentario